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Folleto 10 La pornografia

Ronald L. Koteskey

GO International

Lo que los obreros transculturales deben saber sobre la pornografía

Aproximadamente durante la primera década del siglo XXI, Josh McDowell tuvo la sensación de que algo estaba distorsionando nuestros puntos de vista sobre la moralidad y la fe cristiana. Finalmente, se convenció de que una parte importante del problema era el fácil acceso a la pornografía a través de Internet. Como resultado, el Ministerio Josh McDowell encargó al Grupo Barna que realizara una investigación bastante importante para descubrir cuánta pornografía había penetrado en la familia, la iglesia y la cultura.

La investigación involucró a casi 3000 personas entrevistadas en cuatro encuestas que se llevaron a cabo durante 2015. Las encuestas incluyeron preguntas paralelas relacionadas con la edad y la muestra. Una encuesta incluyó a 813 personas cuyas edades oscilaban entre los 13 y 24 años de edad, gente perteneciente a la población general de Estados Unidos. Una segunda encuesta incluyó a 1188 mayores de 25 años de edad, procedentes de los Estados Unidos. La tercera encuesta incluyó 432 pastores principales. La encuesta final incluyó a 388 pastores de jóvenes. Estas encuestas fueron hechas en muestras nacionales representativas. Veamos algunos de los resultados con más detalle.

Conclusiones generales

El informe contiene 160 páginas e incluye muchos hallazgos. Gran parte del informe contrasta a los cristianos practicantes con aquellos que no tienen ninguna profesión de fe. Los cristianos practicantes se autoidentificaban como tales y manifestaban que su fe era muy importante en sus vidas, y que habían asistido al menos a un servicio de adoración en alguna iglesia en el último mes.

Estos son algunos hallazgos inquietantes encontrados en la población general:

• El 27% de las personas con edades entre 25 y 30 años, comenzó a ver pornografía antes de la pubertad.

• El 41% de los cristianos practicantes masculinos, de entre 13 y 24 años de edad, consumen pornografía diaria, semanal o mensualmente. Además, el 23% de aquellos mayores de 25 años también lo hacen.

• Los encuestados del grupo entre 13 y 24 años calificaron el no reciclar, el comer en exceso, y el consumir electricidad o agua en exceso, como acciones “más inmorales” que ver pornografía.

• Más de la mitad de todos los estadounidenses consumen pornografía al menos ocasionalmente.

• Las mujeres jóvenes que consumen pornografía son más propensas que los hombres a participar en “sexting”. El 69% de las mujeres entre 18 y 24 años, dijo que había recibido al menos una imagen de desnudos, y el 51% señaló que había enviado al menos una. Entre los hombres, el 57% aseguró haber recibido una imagen con desnudos y el 33% haber enviado una.

Pastores

Sin embargo, la sección denominada “Informe especial: Pastores y porno”, es mucho más relevante para los obreros transculturales. Uno de cada cinco pastores de jóvenes y uno de cada siete pastores principales consume pornografía. Eso significa que más de 50 mil líderes de iglesias en los Estados Unidos miran pornografía. Los obreros transculturales y los pastores están ambos en roles de liderazgo cristiano. Los pastores lideran en sus propias culturas, y los obreros transculturales lideran en sus culturas anfitrionas. No sabemos si el uso de la pornografía es similar entre los pastores y los obreros transculturales, pero como los videos en línea y las imágenes en línea son las principales fuentes de pornografía para personas de todas las edades, los obreros transculturales tienen por lo menos el mismo acceso a ellas.

Los pastores luchan con la pornografía. Los pastores que aseguraron consumir pornografía, según la encuesta (1 de cada 7 pastores principales y 1 de cada 5 pastores de jóvenes) marcaron la opción: “Empecé a ver pornografía antes de la pubertad”.

Entre los pastores principales, el 57% dijo estar luchando o haber luchado en el pasado contra la pornografía (43% en el pasado, 14% en la actualidad). Entre los pastores de jóvenes, el 64% afirmó estar luchando o haber luchado contra ello en el pasado (43% en el pasado, 21% actualmente).

Se les preguntó a los pastores sobre los efectos de la pornografía en varias áreas de la vida. Aquí hay algunos resultados de las respuestas dadas por los pastores que aún luchaban con la pornografía.

  • Me siento culpable cuando consumo pornografía = Pastores principales 86%, Pastores de jóvenes 95%
  • Siento vergüenza por consumir pornografía = Pastores principales 87%, Pastores de jóvenes 94%
  • Actualmente estoy tratando de dejar la pornografía = Pastores principales, 71% Pastores de jóvenes 83%
  • Intenté dejar de consumirla, pero no pude = Pastores principales 54%, Pastores de jóvenes 68%
  • Vivo en constante temor de ser descubierto = Pastores principales, 55% Pastores de jóvenes 56%
  • Tiene un impacto negativo en mi ministerio = Pastores principales, 64% Pastores de jóvenes 75%
  • Afectó negativamente mi vida sexual = Pastores principales, 38% Pastores de jóvenes 45%

El estudio también encontró que la pornografía tenía efectos negativos en otros aspectos como las relaciones y la productividad.

Obreros transculturales

Ningún estudio de este tipo se ha realizado en personas que prestan servicio transculturalmente, por lo que nadie puede sacar conclusiones firmes. Sin embargo, es extremadamente improbable que las personas que ministran en otras culturas sean menos tentadas que las que sirven en sus culturas de origen. Es probable que los obreros transculturales también experimenten los mismos efectos: culpa, vergüenza, miedo, incapacidad de detenerse, impedimento para el ministerio, etc.

Las señales de advertencia se hicieron evidentes con el cambio de siglo. En un capítulo de su libro “Cuidando Bien a los Socios” (2002), Ken Williams dijo: “Una vez que comencemos a ver las imágenes, la tentación sexual probablemente será la fuerza más poderosa que jamás experimentaremos. Su poder puede crecer hasta el punto de estar dispuestos a renunciar a todo para gratificarlo: nuestra relación con Cristo, con nuestro cónyuge e hijos, el hogar, el ministerio, la reputación, los amigos, todo. Y ningún creyente es tan espiritual como para que él o ella sea inmune a su poder”.

El artículo de portada de la edición de enero de 2003 de la publicación web EMQ se titulaba: “El lado oscuro de Internet”. Fue escrito por dos personas que participaron como oradores en una conferencia internacional de computación. Estos “amantes de la tecnología”, y trabajadores de agencias repletas de obreros transculturales, afirmaban que cada vez más estaban encontrando evidencias de pornografía en las computadoras de sus organizaciones y no sabían qué hacer al respecto: si confrontar a la persona, informar a un superior o no hacer nada. Desafortunadamente, la mayoría de las agencias no dieron seguimiento a la información. Tampoco agradecieron a los autores por sacar el tema a la luz pública ni tomaron medidas para ayudar a sus obreros transculturales.

¿Qué dice la Biblia?

La fantasía sexual no es nada nuevo. Mientras explicaba el mandamiento del Antiguo Testamento contra el adulterio en el Sermón del Monte, Jesús dijo: “Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón” (Mateo 5:28 NVI).

Algunas personas interpretan este versículo en el sentido de que si tienen un pensamiento pasajero sobre tener sexo con otra persona, han cometido el pecado de adulterio. Sin embargo, tanto Jesús como Pablo usaron la misma palabra codicia para hablar de sí mismos. En la Ultima Cena, cuando Jesús habló a sus discípulos, dijo: “He deseado (¿codiciado?) intensamente comer esta Pascua con ustedes…” (Lucas 22:15). Al escribir en Romanos 7:7, Pablo dijo que no habría sabido lo que era codiciar “si la ley no hubiera dicho: “¿No codicies (¿lujuria?)”. Así, la codicia es más que una mirada o un pensamiento pasajero; también se traduce como un “fuerte deseo” o “fijar tu deseo en” algo.

A las personas encuestadas sobre la pornografía se les pidió que dieran la razón por la que consumían pornografía. Sin importar cómo los investigadores clasificaran los datos, la respuesta más frecuente fue “para mi excitación personal”. Estas son las categorías en las que los investigadores clasificaron a los encuestados:

Género: hombres y mujeres.

Edad: 13-17, 18-24, 25-30, 31-50, 51-59

Estado civil: casados, siempre solteros, nunca casados, solteros, previamente casados

Raza: negra, hispana, asiática, blanca.

Frecuencia de consumo: a diario, semanal, mensual, menos frecuente.

La respuesta más frecuente en todos estos fue la misma, “para mi excitación personal”.

Incluso si no fuera pecaminoso a los ojos de Dios, ver pornografía puede ser devastador para las relaciones amorosas, y puede conducir al divorcio, al rompimiento de compromisos o a que las personas dejen de salir en citas con otras personas. En el mejor de los casos, puede herir a un amigo que se siente comprometido con nosotros.

¿Qué se puede hacer?

En 2002, Ken Williams también dijo: “Participar de la pornografía es particularmente difícil de superar. Cuando uno se ha vuelto adicto, es decir, compulsivamente atraído a mirar imágenes pornográficas una y otra vez, sin poder detenerse, necesitará la ayuda de un colega, un grupo de apoyo o un consejero para superar el problema. Nadie logra recuperarse de una adicción por sí mismo. Y ningún creyente es tan espiritual que él o ella pueda ser inmune a su poder”.

Prevenir una adicción es mucho más efectivo que superarla después de que ocurre. El estudio de Barna preguntó a los pastores qué recomendaban para ayudar a las personas a superar la adicción a este mal. Los siguientes cinco procedimientos son efectivos y recomendados para su prevención.

Cuando se les preguntó qué recursos recomendaban para ayudar a las personas a superar el consumo de pornografía, los pastores principales y los pastores de jóvenes mostraron no estar de acuerdo sobre cuáles eran más útiles. A continuación están los porcentajes de las respuestas de ambos grupos, al recomendar los cinco procedimientos principales.

Asesoramiento personal = Pastores principales 71%, Pastores de jóvenes 76%

Monitoreo / filtrado de Internet = Pastores principales 59%, Pastores de jóvenes 79%

Grupos de acompañamiento = Pastores principales 52%, Pastores de jóvenes 72%

Mentores = Pastores principales 45%, Pastores de jóvenes 82%

Estudios bíblicos sobre ese tema específico = Pastores principales 24%, Pastores de jóvenes 45%

Tanto los pastores principales como los pastores de jóvenes recomendaron grupos de monitoreo y filtrado de Internet, y de acompañamiento. El portal web Covenant Eyes (www.covenanteyes.com) incluye tanto lo primero como lo segundo. El estudio de Barna incluyó un informe especial que habla sobre cuánto la combinación de filtrado de Internet más el acompañamiento, mejora la capacidad de no consumir pornografía.

Covenant Eyes es también un software que no solo filtra los sitios que los individuos pueden visitar y los videos que las personas pueden ver, sino que también elabora un e-mail con una lista de estas cosas a las que accede una persona, y lo envía a un socio de acompañamiento previamente escogido. A diferencia de muchos filtros gratuitos, uno no puede desactivarlo o desinstalarlo sin que el socio acompañante se dé cuenta.

La investigación encontró, entre el grupo de adultos mayores de 25 años, que sin importar la frecuencia con la que buscaban pornografía en Internet, aquellos que habían instalado el software Covenant Eyes tenían menos probabilidades de acceder a la pornografía. De hecho, el 37% de ellos no tuvo necesidad de buscarla en absoluto.

El viejo dicho, “una onza de prevención vale más que una libra de remedios”, es realmente cierto. Mientras más un individuo busque pornografía, es más probable que la encuentre. Pronto se dan cuenta que tienen más ganas de consumirla, aunque ya no les guste hacerlo. Luego, pasan de mirar imágenes “normales” a videos cada vez más desviados y crueles.

Visite el siguiente sitio web para acceder a otros folletos de esta serie:

http://crossculturalworkers.com/

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