¿Qué tan dispuesto estas a moverte?

Imagino que alguna vez te has puesto a pensar que sería hacer misiones… Conocer personas diferentes, envolverte en nuevas culturas, poder viajar. Mmm…. sería tan emocionante que algunos de nosotros comenzamos con ese deseo pero esto se afirmo en el camino, existe un detalle bien importante que debemos tener presente:

 ¿Es esto lo que Dios busca de mí? ¿Conozco que Dios quiere conmigo? ¿Que estoy haciendo yo para que esto se lleve a cabo?

Sería bueno tener presente para iniciar estos 4 puntos primordiales:

  1. Identificarnos con sus planes.

Dios tiene designado planes para cada uno de nosotros, pero esos planes necesitan que conozcas cuales son, cuales son las actividades que debo realizar, a donde voy a ir.

Cuando logramos definir esto, hemos iniciado a caminar con pasos un poco más firmes.  Porque no estaremos andando sin saber.

¿Ya conoces a qué lugar iras de misiones?

2. Escucha las instrucciones:

No sé si te ha pasado, pero cuando compramos un nuevo artículo nuestra emoción es tal que armamos o instalamos desde que llega a casa, pero cuando vemos que nos sobra piezas o aun este no enciende como esperamos nos frustramos y es en ese momento donde  recordamos que no leímos el manual de instrucciones.

La oración, buscando la presencia de Dios es imprescindible al igual que su palabra porque las cosas no se harán de la nada ni como nosotros entendamos sino como Cristo nos dirija hacerlas. En misiones debemos ejercitarnos a escuchar sus instrucciones teniendo la valentía de obedecer poniendo en práctica de manera fuerte y clara.

¿Estás escribiendo los detalles que Dios te diciendo mientras oras y estudias su palabra?

3. Organizarnos.

Ya se cuáles son sus planes y tengo sus instrucciones, pero por donde voy a iniciar. La organización de la ruta marcada es vital. Cristo no es un Dios desordenado que deja las cosas para después o a medias sino que en el tiempo oportuno va cumpliendo  conforme a su propósito.

¿Estas ahorrando para ese lugar que Dios desea enviarte? ¿Has investigado o te has acercado a alguien de ese lugar? ¿Tienes pensado cómo o cuando vas a ir?

4. Enfoquemos.

Las distracciones y los obstáculos están a la orden del día, se refiere a que siempre están presente en nuestras vidas. La presión social para que estemos a la vanguardia, adquiriendo siempre nos distrae, el creer que debemos tener muchos recursos para las misiones nos desenfoca y la falta de apoyo nos decepciona.

Debemos entender que lo que encaja con el mundo no siempre es lo que califica para lo que Dios quiere hacer contigo, la fortuna quita nuestra dependencia de Dios y al principio no siempre tendremos apoyo de los nuestras personas mas cercanas, debido a que la Fe empieza por ti caminando a lo que Dios va hacer.

Para concluir, solo quiero volver a preguntarte

¿Qué tan dispuesto estas a  moverte?

¡Involucrate!

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