Uno de los principales impedimentos para terminar la tarea de la evangelización hasta la último de la tierra, es la escasa participación del cuerpo de Cristo en la realización de la obra misionera. Jesús dijo en Mateo 24:14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. El cuerpo de Cristo fracasa en lograr la evangelización del mundo debido a varias causas, entre las cuales se encuentran:
Falta de unidad
La iglesia como cuerpo de Cristo, quien es su cabeza debe mantenerse unida, para cumplir con “LA GRAN COMISIÓN”, que es la razón por la cual Dios nos dejó en este mundo y debe ser nuestra actividad principal hasta que Jesús vuelva como Rey de reyes para reunirnos con Él. Sin embargo, hoy día es normal escuchar de divisiones y desacuerdos entre la iglesia de Jesucristo, lo cual es una señal de egoísmo, de orgullo, de querer hacer cada uno las cosas a su manera y no dejarse dirigir por la cabeza para trabajar en armonía. Con razón Jesús oró en Juan 17:21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. En esta oración de Jesús queda claro que una de las cosas por las cuales el mundo creerá en EL es por la unidad de su iglesia.
Falta de amor
Dios desea que vayamos a todas partes proclamando el amor de Dios a un mundo perdido. La mejor manera de hacerlo es predicando el Evangelio, haciendo discípulos, bautizándolos y enseñándolos a obedecer los mandamientos de Cristo. El verdadero amor es proclamarle al mundo entero que su obra en la cruz valió la pena, que su sacrificio no fue en vano, decirle al mundo que ese amor incondicional que llevó a Jesucristo a derramar su sangre inocente para limpiarnos de nuestros pecados, es el que hace que nosotros sacrifiquemos nuestra comodidad y nos esforcemos por llevar su Palabra a todas las naciones. Jesús dijo que “de este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”. (Juan 13:35).
Esta tarea incluye más que repartir folletos, tener reuniones en las calles o mostrar compasión por los necesitados. Esto implica ir más allá, incluye la transformación de las vidas de las personas, lo cual no se logra en el corto plazo, requiere compromiso, esfuerzo, paciencia y tiempo. Es un proceso largo que tiene como finalidad la plantación de congregaciones locales donde los nuevos discípulos comiencen a practicar el amor que los alcanzó y los transformó.
Falta de obediencia
Las iglesias de hoy no están experimentando el poder de Dios en su tarea misionera porque no tienen la suficiente humildad para depender de Dios, Dios sólo puede usarnos cuando en obediencia a EL nos despojamos de nuestra autosuficiencia. Cuando Jesús estaba aquí en la tierra, tuvo como meta cumplir la voluntad de Su Padre. Juan 6:38 Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió. Al igual que Jesús, quien es nuestro Maestro y Modelo, nuestro compromiso debe ser el mismo, hacer sólo la voluntad de Dios, no la nuestra. Jesús ya no está físicamente aquí en la tierra, ahora nos tiene a nosotros. Nosotros somos Su cuerpo, eso significa que nuestros labios son los de Jesús, nuestras manos son sus manos, nuestros ojos son sus ojos. Todo lo que somos y tenemos lo debemos rendir a EL en obediencia para cumplir con la misión que nos dejó.
¡IGLESIA DE JESUCRISTO!, ¿ESTÁS DISPUESTA A DERRIBAR LOS OBSTÁCULOS QUE TE IMPIDEN EXTENDER EL EVANGELIO DE CRISTO EN DÓNDE NO HA SIDO PREDICADO, PARA QUE ENTONCES VENGA EL FIN?
Para involucrarse en proyectos reales para alcanzar etnias no alcanzadas ingrese a www.enmision.org