Así como hay obstáculos para la realización de la obra misionera, hay mitos, es decir, ideas falsas que no son reales, pero que se han generalizado como verdaderas y se constituyen en una creencia para los miembros de una comunidad de creyentes en Jesucristo que impiden la realización de la obra misionera. Algunos de estos mitos son:
Con la globalización, todo el mundo ha oído de Jesús
Esto no es cierto, ya que de los 17.426 grupos étnicos que existen en el mundo, 7.406 no han sido alcanzados con el Evangelio, es decir el 42.5% de la población mundial no conoce al verdadero Dios[1], lo cual implica que si Jesús viniera hoy, casi la mitad de la población mundial, estaría condenada a una eternidad sin Dios, pero a pesar de esta cifra tan alarmante, la gran mayoría de misioneros están yendo a las zonas que tienen un gran porcentaje de población alcanzada por el Evangelio.
Hay mucho por hacer en nuestra Jerusalén, no tenemos que enviar misioneros a otras partes
Jesús después de su resurrección y antes de subir al cielo les dijo sus discípulos en Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Jesús no dijo: “Primero sean testigos en Jerusalén, cuando terminen vayan a Judea, después a Samaria, y si hay tiempo y dinero hasta lo último de la Tierra”. Si los misioneros europeos y norteamericanos hubieran pensado de esa manera y sus iglesias se hubieran quedado sólo en su entorno local, Latinoamérica y otros lugares todavía estarían viviendo en oscuridad espiritual.
Sólo las iglesias que son misioneras deben enviar misioneros
Todas las iglesias deberían obedecer el llamado de hacer discípulos a todas las naciones. Las “iglesias misioneras” no existen, las misiones deberían ser algo normal en la vida de la iglesia local. Todos los ministerios dentro de la iglesia deberían tener un enfoque evangelizador y misional. Sin embargo, la realidad nos muestra que muchas iglesias enfocan sus esfuerzos hacia otras áreas y carecen de un enfoque misionero. La frase debería ser: “Las iglesias que obedecen a Cristo son las que envían misioneros”.
La obra misionera es muy costosa y ese dinero se puede invertir en otras necesidades locales
El dinero no debe ser excusa para desobedecer a Dios. Hay muchas maneras de apoyar a un misionero, se pueden organizar actividades para recolectar recursos económicos, como ferias gastronómicas, bazares y conciertos entre otras. Se puede enviar a los misioneros paquetes que suplan algunas necesidades, escribirles cartas y mensajes de ánimo por correo convencional, correo electrónico o por Whatsapp, adoptarlos en oración como familia o iglesia. También se pueden apoyar obreros bivocacionales, ya que ellos al igual que el Apóstol Pablo ganan su propio sustento en el país donde fueron enviados y necesitan un apoyo mínimo.
Nuestra iglesia ya está apoyando misioneros locales
Los países no alcanzados son los que tienen menos del 2% de cristianos, por lo que es necesario enfocar nuestros esfuerzos dónde no hay presencia de obreros que puedan llevar a cabo la obra misionera y podamos terminar la tarea. Todos los misioneros del mundo, incluyendo los católicos y protestantes suman 400,000, de los cuales 309.315 están en países alcanzados, 77.610 están en lugares medianamente alcanzados y 13.315 se encuentran en países no alcanzados[2]. A la luz de la palabra de Dios, esto es una desobediencia casi total por parte de la Iglesia de todo el mundo al mandato de hacer discípulos de todas las naciones y llegar hasta lo último de la tierra. Visto de esta forma estamos invirtiendo el 97% de nuestros recursos dónde ya se conoce el Evangelio y sólo el 3% en los pueblos no alcanzados.
Ser misionero es muy peligroso
El peligro es relativo y está por todas partes. Es cierto que hay países donde los cristianos sufren persecución, Jesús dijo en Mateo 10: 16 He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. Por lo tanto, donde sea que seamos enviados, sea en Asia, Africa, Europa, América ú Oceanía vamos a encontrar peligros. Incluso hay países en oriente que son más seguros que ciertos países de Latinoamérica donde abundan los robos, drogadicción, prostitución, delincuencia y asesinatos.
¿ESTAMOS DISPUESTOS A OBEDECER EL MANDATO DEL SEÑOR JESUCRISTO DE LLEVAR EL EVANGELIO HASTA LO ÚLTIMA DE LA TIERRA O SEGUIREMOS CREYENDO EN MITOS QUE NOS IMPIDEN HACERLO? –
Para involucrarse en proyectos reales para alcanzar etnias no alcanzadas ingrese a www.enmision.org
[1] Joshuaproject.net
[2] https://vivemisiones.com/estadisticas
Indice
- 1 Con la globalización, todo el mundo ha oído de Jesús
- 2 Hay mucho por hacer en nuestra Jerusalén, no tenemos que enviar misioneros a otras partes
- 3 Sólo las iglesias que son misioneras deben enviar misioneros
- 4 La obra misionera es muy costosa y ese dinero se puede invertir en otras necesidades locales
- 5 Nuestra iglesia ya está apoyando misioneros locales
- 6 Ser misionero es muy peligroso